LA ISLA A MEDIODÍA.
Marini, un hombre trabajador que dejaba su trabajo cinco minutos para ver esa isla que para el era un sueño.

No quería cambiar su vuelo por ningún otro solo quería el que iba de Roma a Teherán, cruzando el mar Egeo. Pero no porque le gustara sino porque le fascinaba mirar esa isla parecida a una tortuga dorada, le encantaba inclinarse sobre una ventanilla de la cola para espiarla.
Reflexión.

Es una historia bastante atrapante, ya que habla del sueño de un persona de volver a tener esa paz, tranquilidad y armonía de los principios del mundo donde todo era felicidad, donde todo lo que pasaba era positivo.
PATRICIO BALBAS.
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